miércoles, 27 de abril de 2011

Semillas de Conciencia



Las teorías e ideologías son castillos de arena expuestos al viento de la verdad. La verdadera libertad pasa por la comprensión del pensamiento.
J.M. Doria

La mente es un terrible amo y un excelente sirviente.
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La trama amorosa e inteligente que constituye la vida, se manifiesta en todo lugar y en todo momento.
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El amor es el pegamento que mantiene unido al Universo. 
Norberto Levy
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He visto el amor que mueve al sol y a las demás estrellas - Goethe
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Cada vez que se inicia un movimiento humano de alejamiento del Orden Divino, ya está implícito en él, con las vicisitudes y el tiempo que sea, el camino de retorno, con su aprendizaje y su crecimiento.
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Así como la herida marcha hacia la cicatrización, la conciencia marcha hacia la solución, cada vez más amorosa y resolutiva, de los conflictos destructivos que experimenta.
N. Levy
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"En nuestra ingenuidad hemos olvidado que bajo nuestro mundo de razón yace otro enterrado."
Carl Gustav Jung
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"No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio."
Charles Darwin

martes, 19 de abril de 2011

Consuelo Martín - La revolución del Silencio


Consuelo Martín es Doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Ha dedicado su vida a la contemplación de la verdad, al amor a la sabiduría y a intentar transmitir sus vivencias e investigaciones en sus libros y en sus cursos.
Desde hace treinta años es directora de la revista Viveka, encaminada a despertar el discernimiento en los sinceros buscadores de la Verdad. Fruto de sus cursos y retiros, algunas de cuyas investigaciones han sido luego recogidas en libros y artículos, emerge la poderosa fuerza creadora del silencio, evidenciada en su manera de revelar, lúcida y serena a un tiempo, la presencia unitotal de lo Real allí donde y cuando se aquieta la mente.


Conocimiento y Sabiduría


Comenzaremos por analizar la diferencia entre conocimiento y sabiduría. El conocimiento es algo que se adquiere por las vías habituales sensoriales, afectivas e intelectuales. Sobre todo nos referimos con la palabra al conocimiento racional. Al ser percibido por la mente tiene las limitaciones de la mente, las limitaciones de la capacidad de ordenar datos e interpretarlos lógicamente. Como todo lo manifestado, se mueve entre los opuestos: hay un conocimiento verdadero y otro falso.
(...)
La sabiduría no es un conocimiento, es la capacidad de la inteligencia para ver la verdad directamente. También podría hablarse en este caso de discernimiento, viveka. Es importante hacer esta distinción entre conocimiento (ñana) y sabiduría o consciencia (viñana) porque en el conocer puede haber errores de interpretación y el seguir lo falso puede arrastrar a los seres humanos al fanatismo, al escepticismo y al embotamiento de la capacidad de ver por sí mismo. Eso es imposible en la sabiduría.


Los conocimientos señalan desde fuera, desde la realidad relativa, condicionada o virtual que proyectamos inconscientes. Y solo son valiosos si, al señalar la verdad, despiertan la inteligencia semidormida. Por eso Krishna dice al comenzar el capítulo:


"Te revelaré la Verdad completa junto con la manera de vivenciarla. Y una vez que lo hayas vivido no te quedará nada más por conocer de este mundo". (B.G. VII, 2)




"Una vez que lo hayas vivido", no cuando te hayas informado de ello y lo pienses... y Sánkara apunta con acierto: "Así habla Krishna del conocimiento verdadero que va a revelar, para mantener la atención del oyente".
En efecto, la atención que irrumpe directa como un rayo desde la misma conciencia, desde la conciencia que somos, es la que abre el camino a la sabiduría. Aunque parezca que son las palabras, las ideas, las enseñanzas las que hacen crecer la sabiduría en el amante de la verdad, en el "filósofo", si observamos bien el proceso de la mente veremos que no es así. La sabiduría viene desde lo desconocido y nunca llega a ser conocida. Lo que de ella queda congelado en conocimientos no hace nunca justicia a la luz fluida abierta al infinito que hizo el camino.


Krishna habla de dos naturalezas: la objetivable que abarca todo lo conocido, todo lo manifestado, a la que denomina inferior y la superior: "aquella por la que se sostiene el universo" y que se encuentra también en lo profundo de la conciencia humana (atman - brahman).


La naturaleza manifestada es el campo (lo conocido) y el conocedor de ese campo sería lo desconocido, por lo que lo conocido llega a conocerse. La conciencia de algo es reflejo de la conciencia en sí misma. Pero no nos confundamos siguiendo las maneras habituales de conocer. En la naturaleza como objeto de conciencia se incluye todo el ámbito de lo percibido. Así se señala con exactitud que queda incluido tanto el fuego, la tierra, el agua y el aire - elementos que acostumbramos a nombrar como naturaleza o materia - como el espacio, el pensamiento, la razón y la entidad separada del "yo", a los que consideramos psicológicos. Lo que queda fuera del campo de lo conocido es el Ser, al que Krishna se refiere como él mismo. "Soy la inteligencia de los inteligentes", dice, y Sánkara explica que esa inteligencia, lejos de la astucia con la que solemos confundirla, es la "capacidad de discernimiento", la claridad para poder distinguir lo verdadero de lo falso. Y no es esta una capacidad mental (manas), no es la habilidad de combinar unos conceptos con otros. Es la transparencia mental que permite una visión directa de lo verdadero. Es el resplandor del Ser que ilumina y deshace la distorsión del pensamiento.


Los seres humanos confundidos, alucinados por las expresiones de la naturaleza, no reconocen lo inmutable que hace posible todos los cambios y combinaciones de las realidades relativas. Las combinaciones se hacen a partir de los tres aspectos: pasión o movimiento, torpeza o inercia y pureza o equilibrio. Ahí es donde se representa el gran espectáculo de la inteligencia fundamentada en la ilusión de los contrarios: el nacimiento y la muerte.


Anterior a esa representación, la luz inteligente, la conciencia es lo desconocido, lo impensable, lo trascendente. Sin intuirlo, la vida humana carecerá de sentido y estará abocada a la frustración, la evasión o la angustia existencial. Y la intuición abre un camino a la visión directa del discernimiento. En ese ámbito brilla la sabiduría. Y son atisbos de sabiduría las ráfagas de luz que, desde lo Real, atraviesan la mente personal.


Los que buscan la verdad, los que sufren, los que van tras los bienes están clamando por el Ser; pero solo "me adoran," dice Krishna, los justos. Y a continuación señala la vía directa de sabiduría para los justos. Pero, ¿quiénes son los injustos?


"Los locos y perversos no acuden a mí porque el poder de la ilusión engañosa les arrebata el discernimiento y les induce hacia los caminos perversos". (B.G. VII, 15)


Se llama perversos no a los malos, sino a los que no aciertan con el camino, engañados por la ilusión, o lo que es igual: a los que se atascan confundidos por erróneos pensamientos. El descubrir o no el camino realizador depende de la capacidad para ver la verdad más allá de emociones, ideas y creencias.
Entre los que dicen haber descubierto la verdad sobresale el sabio, el que dedica su vida a la sabiduría porque la ama por encima de todas las cosas: el filósofo para la tradición griega. El amante de la verdad última es contemplativo, "se dedica con constancia y firmeza a la contemplación única". Por sabiduría ha superado el deseo y la devoción, por sabiduría llega a la contemplación.
Si alguien dice haber descubierto la Verdad y no contempla, no es verdadero su descubrimiento. No hay sabiduría sin contemplación. Y como al contemplar se deshacen las diferencias entre contemplador y contemplado, la sabiduría desembocará necesariamente en unidad de conciencia. Sabiéndolo, entendemos lo que Krishna (el Ser) dice a los justos:


"Todos ellos son nobles, pero el que ha descubierto la Verdad es el mismo Ser. No lo considero diferente de mi Ser, ya que con mente firme está establecido en el camino que a mí conduce la más elevada meta humana". (B.G. VII, 18)


En el camino de la sabiduría no hay reglas que cumplir, no hay disciplinas necesarias. Todas las cosas, nacidas de la mente contingente y condicionada son, a su vez, contingentes y condicionadas. ¿Qué guía encontraremos entre lo que aparece a través del mecanicismo mental? La comprensión de la verdad es la única guía.
Al faltar la sabiduría, tradicionalmente, ha sido sustituida por prácticas devocionales. Es cierto lo que dice Sánkara al comentar a Krishna en este punto:


"Aunque las prácticas religiosas se hagan por ambición, la fe que se expresa en la adoración de una forma particular de lo divino, según su inclinación, yo se la infundo". 
(Sánkara, comentarios B.G. VII, 20)


En efecto, se trata de actos que buscan un resultado y se dirigen a un dios personificado para conseguir de él algún favor, tal como se haría ante una persona con poder social. Sin embargo, tienen la cualidad de aceptar algo, lo sagrado, por encima de las experiencias físicas, y la de poner en ello los modelos de valores morales que intuyen. Cuanto menos sabiduría tenga el adorador, más se limitará su oración a una petición de lo que cree le falta en su visión limitada.
Pero al elevar la mente y corazón a lo desconocido, intuido como sagrado, la sabiduría aumentará y las necesidades personales irán dejando espacio a una presencia interior envuelta en plenitud. Sin deseos, la oración se irá transformando en contemplación.
Por eso, es necesario comprender que, cualquiera que sea la forma de adoración a lo sagrado, lo que cuenta no es la diferente característica formal, sino lo esencial del acto: la serenidad y la fe del adorador.


Antes de descubrir la realidad al contemplar, antes de deshacer el error de dualidad, el apego y el rechazo a las formas impide vivir en la verdad no dual, atemporal, y toda clase de conflictos y sufrimientos se originan ahí. Nadie conoce el Ser, se lamenta Krishna, nadie vive en lo eterno, sin origen ni fin, por lo que muchos se aferran a ideas y conceptos de lo Real. Se representa la Realidad con características irreales, humanas, temporales, limitadas, según la limitación de la mente pensante.
Sabiduría y comprensión se entrelazan como inspiración y serena evidencia al contemplar. Y a partir de esa entrada en el camino traslógico, ilimitado y atemporal la sabiduría trasciende el conocer.



Extracto del libro "Sabiduría en la acción" - Investigaciones sobre la Bhagavad Gita y la conducta auténtica
Editorial Mandala


Más sobre Consuelo Martín: 
http://www.sermasyo.es/articulos/autorrealizacion/consuelo-martin-el-silencio-la-no-dualidad/
http://universodelsynth.blogspot.com/2010/08/consuelo-martin-el-silencio-la-no.html
http://www.oshogulaab.com/ADVAITA/TEXTOS/Consuelo1.html







Investigar sobre la vida


Lo inmediato
¿Qué es investigar? No es retener información en la memoria y luego repetirla. Investigar es algo mucho más directo y espontáneo. Quizás, en la investigación misma, mientras observamos con sincera determinación, aprenderemos a investigar. Si estamos interesados en descubrir el valor profundo que tiene nuestra existencia, inquiriremos ahora mismo. Lo haremos siempre en presente, sin recopilación de material ideológico para recordar, sin conceptos aprendidos. Nuestras mentes tienen ya ideas, saben acerca de las cosas de la vida. Pero la investigación, si es auténtica, no tratará de lo conocido. El único objeto sobre el que se va a inquirir es nuestra propia conciencia. Y la conciencia es inteligencia pura, es viva y se expresa en movimiento constante. La conciencia es sólo lucidez. ¿De qué servirá entonces retener unas consignas y luego aplicarlas a las situaciones siempre distintas del vivir? La lucidez descubre y se descubre como lo nuevo. Investigar es simultáneo a descubrir y a vivir lo descubierto. Es una acción inmediata. No recopilaremos datos pasados para mejorar el futuro. ¿De qué servirá si la vida nace a cada respiración? Podrá abrirse un espacio por donde penetre la Luz. Y eso sólo se hará en el presente. Por eso la inmediatez del investigar es esencial.
No queremos aplicar aquí esas distinciones entre la teoría y la práctica. Investigar no es algo teórico o práctico. No son conocimientos separados del vivir, que es lo que entendemos por teoría y que aplicamos a la existencia empírica o práctica. Es una vivencia en la que la conciencia se hace conocimiento de sí. Es una irrupción de lucidez. Eso es investigar. Y si lo hacemos así, no encontramos algo en particular, sino lo que la vida es y en ese descubrimiento nos descubriremos. Lo que el vivir es y lo que somos se dan simultáneos en el concienciar. Una llamada a la lucidez, un preparar el espacio mental para que en el silencio de las preocupaciones por lo pensado, tomemos conciencia de lo que es.






Extracto del libro "Vivir por Inspiración"
Un camino trazado sobre la libertad atemporal
Editorial Dilema












Sobre Consuelo Martín...



Conocí a consuelo Martín a finales del 2010, en la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal, en Kay Zen La Colina, donde estuvo dándonos una conferencia sobre el Vedanta Advaita y la práctica del Silencio a principios del segundo curso avanzado de Terapia Transpersonal.

Me sentí emocionada por la calidad de su presencia, por sus palabras... Todo en ella emana sabiduría auténtica, la que nace de la Esencia, no el conocimiento adquirido a través del estudio, sino la expresión misma de la sabiduría que llega a través de la contemplación; la sabiduría que transforma dos en uno; la que hace que desaparezcan las fronteras, las limitaciones, los engaños.
Ante ella, todos quedamos sumidos en un estado silencioso y contemplativo, recortándonos del universo, sin espacio ni tiempo, extasiados ante "lo que ES", lo que el Tao llama "lo innombrable", que asoma en ocasiones cuando tenemos destellos de despertar: ante una puesta de sol, la mirada de un anciano sabio, la mirada de un niño, ante un paisaje inspirador, o ante sabias palabras surgidas de la Inteligencia Divina...

A continuación os comparto algunos de los apuntes que tomé aquel día:

Nos habló de cómo conectar con la Inteligencia que somos, de como mantener una mente despierta, contemplativa, a través del silencio creativo y transformador. El silencio es revolucionario. Vivimos en una sociedad ruidosa. Todos hablamos "en automático", hablamos mucho y sin conciencia. Hablamos y hablamos: juzgamos, criticamos, nos hacemos dueños de creencias, de ideas con las que nos identificamos...
¿Cómo despertar a la realidad? ¿Cómo detener ese desenfreno de ideas, conceptos, creencias, prejuicios, juicios, pensamientos...que nos apartan de nuestro Ser real?
Se trataría de detenernos y darnos cuenta de lo que está sucediendo, de cómo nuestra mente se dispara de un lado a otro y nos arrastra en un vaivén inacabable que convierte nuestra vida en algo carente de sentido auténtico. Darnos cuenta... Comenzar a prestar Atención.

El silencio es el vacío del que hablan los budistas. En el vacío y en el silencio de las apariencias se manifiesta la Realidad. 

El pensamiento es dualista. No hay opiniones verdaderas o falsas. Las opiniones son todas falsas. La Verdad no es una opinión. Cuando manejamos opiniones estamos entre lo falso. La Verdad es un estado de la conciencia lúcida. Es un estado del SER. 
La Verdad no es lo que se experimenta con los sentidos. Es mucho más que eso. Se puede comprender directamente. La Inteligencia, en su estado verdadero de lucidez, en toda su pureza, tiene una capacidad contemplativa. Contemplar es hacer de dos, Uno. No hay dualidad, sólo contemplación. Contemplando la Verdad, soy la Verdad.
Hemos de estar alerta a las modas. No aceptarlas, porque son el obstáculo más fuerte con que vamos a encontrarnos.
No intentar resolver nada desde el mismo nivel en la que se está creando el conflicto. Hemos de conectar con el silencio. Destapemos con el silencio esos muros ilusorios que hemos puesto para no dejar pasar la luz. Tenemos el hábito de solucionarlo todo pensando, recordando,... El caos del pensamiento tiene que cesar si quiero descubrir lo que la realidad es.
Es difícil, pero puede ser fácil si el fuego interior, el Amor a la Verdad es intenso. Si el Amor a la Verdad no es tan fuerte como para romper el muro ilusorio, utilizaré mi capacidad de observación y me desengañaré observando. Entonces sucederá que aparecerán momentos silenciosos en nuestra consciencia. Lo primero que aparece es una gran Paz, Armonía, Alegría vital y emocional. Además, aparecerá Lucidez.Será una luz para mí mismo. No tendré que buscar luces artificiales que me iluminen la vida. Esa capacidad está envuelta en una gran serenidad. 


La Serenidad es Libertad.
Descubro que el silencio va penetrando a nivel mental por la Serenidad con que afronto la vida. Si no hay serenidad, no hay posibilidad de lucidez.
Esa serenidad es lo que produce el desapego, y el desapego conduce a la libertad.
La Libertad es Desapego y Serenidad.

La Libertad es mi verdadera naturaleza
Silencio: de las sensaciones, de las emociones, de los pensamientos... El silencio de las sensaciones y el emocional no implica el silencio mental.
Hay una escala en la que lo de arriba incluye lo de abajo, pero no al revés. Los niveles inferiores no incluyen a los superiores.
La Realidad es Una, perfectamente inteligente.
La Armonía es inteligente. No es un caos.
La Unidad es inteligente. La Armonía es perfección.
Cada nivel ha de ser integrado en el lugar que le corresponde. Con la luz se va incluyendo lo demás. Si me limito, me encierro. Encerrarse es esclavizarse, privarse de la libertad.
La expansión de conciencia comienza en el silencio. El silencio viene de la comprensión.
En la Verdad siempre se hacen círculos: necesito el silencio para comprender. Necesito la comprensión para estar en silencio.
Por eso necesito investigar con gran autenticidad. Necesito investigar y contemplar; necesito descubrir la Verdad, amarla y contemplarla. 
La liberación es salvar mi verdadera identidad: aquella luz con la que todo ser humano viene a este mundo; salvarla de las contingencias y de las apariencias.
Si no sabemos cuál es nuestra identidad profunda ¿Cómo la vamos a salvar? Tengo que desplegar una gran autenticidad. Poco a poco el silencio de la mente pensante se irá instalando...



Se es libre cuando se contempla la Verdad.
El Silencio del pensamiento es la entrada.
La plenitud del Ser está en esa aparente "nada". Sentir en el Silencio la presencia de lo sagrado, de lo divino. Siente esa presencia en el Silencio y serás más tú mismo/a, más creativo/a. No recoger lo de fuera, sino expresarte desde tu SER.

Quedarse en la belleza de las formas es un apego que quita la libertad.
En la medida en que vayas descubriendo el silencio en momentos favorables, este silencio también te acompañará en momentos difíciles.
La clave está en el silencio + quitar realidad a las apariencias, es decir, silencio + investigación.
Aprender a desidentificarse del cuerpo, de los sentidos, de los pensamientos.


Lo auténtico nunca se pierde. Lo que se pierde es lo falso. El que tiene miedo es el "falso yo". El verdadero Ser no tiene miedo. En el descubrimiento de lo verdadero se debilita lo falso. En lo falso está el miedo.

El pensamiento tiene la realidad que tú le des. Si se la has dado tú, tú mismo se la puedes quitar. ¿Cómo se le puede quitar realidad al pensamiento?... Tomando conciencia. Soltando. Hay que quitarlo de verdad observando, mirando. Hay que investigar y contemplar.
El cuerpo es una zona muy limitada de la conciencia. Nos hemos identificado con el cuerpo y nos consideramos entidades independientes. Pero el cuerpo es una pequeña vibración en la conciencia, muy limitada. Es un instrumento de aprendizaje. Si lo vemos como un instrumento, nos liberamos. Poco a poco lo de abajo se va poniendo al servicio de lo de arriba.

Todo lo que nos sucede es para aprender. Cuanto más aprendemos, más capacidad para aprender tendremos.
Todas las cosas que nos suceden, de la índole que sean, han de ser para recordar lo que somos.
Desde el Ser, el plan ya está establecido. Parece que esta vida, este tinglado, no tiene sentido, pero sí lo tiene - aunque se nos escapa.
Es más que una causa. No está en el nivel racional, sino más allá.
Cuando se va más allá del espacio-tiempo, se va más allá de la causalidad. 
Hay que aprender a aceptar inteligentemente. Sólo aceptas cuando comprendes. La conciencia se amplía y va acogiendo más cosas.
Desde el punto de vista metafísico, el engaño servirá para aprender y darse cuenta. Por lo tanto el des-engaño, podrá conducirnos hacia el despertar.

Sri Ramana Maharshi


Pregunta: ¿Cómo alcanzaré el Sí mismo?.


Respuesta: No hay ningún alcanzar el Sí mismo. Si el Sí mismo tuviera que ser alcanzado, ello significaría que el Sí mismo no está aquí y ahora y que todavía hay que obtenerlo. Todo lo que se obtiene alguna vez ser perderá otra. De modo que será impermanente. Lo que no es permanente no merece ningún esfuerzo. Así pues, digo que el Sí mismo no se alcanza. Usted es el Sí mismo, usted es ya eso.
El hecho es que usted es ignorante de su estado de plenitud dichosa. La ignorancia sobreviene y tiende un velo sobre el puro Sí mismo, el cual es felicidad. Los intentos se dirigen solamente a retirar este velo de ignorancia, el cual es meramente conocimiento erróneo. El conocimiento erróneo es la falsa identificación del Sí mismo con el cuerpo y la mente. Esta falsa identificación debe partir, y entonces sólo el Sí mismo permanece.
Por lo tanto la realización es para todo el mundo; la realización no hace ninguna diferencia entre los aspirantes. Esta misma duda, de si usted puede realizar, y la noción «yo-no-he-realizado» son ellas mismas los obstáculos. Sea libre de estos obstáculos también1.

Pregunta: ¿Cuánto tiempo lleva alcanzar mukti [la liberación]?

Respuesta: Mukti [la liberación] no es algo que hay que ganar en el futuro. Está aquí por siempre, aquí y ahora.

Pregunta: Estoy de acuerdo, pero yo no la experimento.

Respuesta: La experiencia está aquí y ahora. Uno no puede negar su propio Sí mismo.


Extracto del libro de Ramana Maharshi
"Sea lo que Usted es"



lunes, 18 de abril de 2011

Sabiduría Primordial


Basado en el libro de Daniel Taroppio "El Vínculo Primordial"

El terapeuta transpersonal

Leyendo mis apuntes sobre Terapia Transpersonal, encuentro interesantes estos párrafos que deseo compartir con vosotros, sobre la actitud del terapeuta  transpersonal:


"El encuentro terapéutico es un encuentro sagrado."


"Como sucede con cualquier otro encuentro íntimo entre dos seres humanos, el diálogo terapéutico está lleno de misterio y de sorpresas. Es por esto por lo que los grandes terapeutas están más interesados en lo que ignoran de sus clientes que en lo que saben. Cuando el terapeuta opera desde el conocimiento es más probable que caiga en la manipulación, mientras que, cuando lo hace desde el no conocimiento, es más probable que lo haga desde la presencia auténtica."

(...) "Cuando nos permitimos no saber lo que tenemos que hacer, a continuación abrimos las puerta a una cualidad de atención más serena y más profunda. El entrenamiento terapéutico rara vez enseña al profesional a permanecer abierto y atento a lo desconocido. Por esto, cuando los terapeutas no saben bien qué hacer o qué decir, suelen sentirse incómodos y en seguida echan mano a su arsenal de técnicas o no tardan en desviar la atención de sus clientes hacia un terreno más seguro y familiar, desaprovechando así las posibilidades creativas que les proporciona el momento presente."



"Aunque habitualmente no nos demos cuenta de ello, la presencia más profunda se halla siempre en el fondo de nuestro ser. Lo que normalmente advertimos son las islas que hay en la corriente de la conciencia, nuestros pensamientos, y no solemos percibir el espacio que existe entre un pensamiento y otro."

(...)" Normalmente no nos damos cuenta de estos huecos porque estamos demasiado ocupados relacionando nuestro pensamiento con nuestra identidad egoica. Y es que el ego se asusta ante esos huecos, porque representan una pérdida de control. Pero lo cierto es que esos huecos representan los puntos de la entrada en la conciencia serena y no conceptual que siempre está presente. Cuando nos asentamos en ella, se convierte en la presencia incondicional, una presencia que consiste simplemente en permanecer abierto y desinteresado a todo lo que es, sin tener que cumplir ninguna agenda. Aunque nadamos en el océano de la conciencia pura, nuestra mente está continuamente ocupada saltando de isla en isla, es decir, de pensamiento en pensamiento, sin descansar nunca en su fundamento."
(...)

"Los terapeutas más eficaces son aquellos que pueden incorporar a su trabajo una presencia auténtica, permitiendo que cada persona tenga su propia experiencia, esto es tal vez el mejor de los regalos que pueden ofrecerse."


(...) "lo más importante es la capacidad de permanecer ecuánimemente presente a la experiencia tal cual es."


(...) "la meditación constituye una herramienta muy poderosa para los terapeutas y sanadores, ya que nos enseña a permanecer con nuestra experiencia tal cual es y nos permite estar más cómodos con los huecos en los que se desvanece nuestra identidad. Con su práctica nace una confianza mediante la cual los terapeutas se desembarazan de su conocimiento y ponen las condiciones necesarias para que esto, que es necesario para ayudar a sus clientes, emerja también espontáneamente.


(...) "tratar de corregir un problema sin estar completamente presente es como utilizar la medicación para crear un estado de salud porque, si bien es cierto que los fármacos pueden aliviar los síntomas, la mera liberación de los mismos no produce la salud. Lo que mantiene sano al organismo es el sistema inmunológico y los recursos vitales del cuerpo."

La auténtica curación sólo sucede cuando aprendemos a estar presentes donde antes hemos estado ausentes.


"El primero y más difícil de los pasos del proceso de curación consiste en darse cuenta de la desconexión de nuestro ser más profundo y del sufrimiento que de ello se deriva. En ese mismo dolor se asienta nuestra curación." John Welwood "Psicología del Despertar"


Tomado de los diálogos entre Darío y Neor - Psicoterapia en un contexto espiritual - 
Escuela de Desarrollo Transpersonal
Síntesis dialogada inspirada en la obra de John Welwood
www.escuelatranspersonal.com



jueves, 14 de abril de 2011

Yo soy Eso

La Meditación


 Sri Nisargadatta Maharaj - Yo Soy Eso

Interlocutor: Todos los maestros aconsejan meditar. ¿Cuál es el propósito de la meditación?

Maharaj: Nosotros conocemos el mundo exterior de sensaciones y de acciones, pero de nuestro mundo interior de pensamientos y sentimientos sabemos muy poco. El propósito principal de la meditación es devenir consciente y familiarizado con nuestra vida interior. El propósito último es alcanzar la fuente de la vida y de la consciencia.
Incidentalmente, la práctica de la meditación afecta profundamente a nuestro carácter. Nosotros somos esclavos de lo que no conocemos; de lo que conocemos somos señores. Cualquier vicio o flaqueza en nosotros mismos, cuyas causas y funcionamientos descubrimos y comprendemos, los vencemos por el conocimiento mismo; lo inconsciente se disuelve cuando se trae a lo consciente. La disolución de lo inconsciente libera energía; la mente se siente adecuada y se torna calmada.

Int: ¿Cuál es la utilidad de una mente calmada?

Mah: Cuando la mente está en calma, nosotros llegamos a conocernos a nosotros mismos como el presenciador puro. Nos retiramos de la experiencia y de su experimentador y permanecemos aparte en la presenciación pura, que está entre ellos y más allá de ellos. La personalidad, basada en la autoidentificación, en imaginarse que uno es algo: «yo soy esto, yo soy eso», continúa, pero solo como una parte del mundo objetivo. Su identificación con el presenciador se rompe.

Int: Por lo que comprendo, yo vivo en muchos niveles y la vida en cada nivel requiere energía. El Sí mismo por su propia naturaleza se deleita en todo y sus energías fluyen hacia fuera. ¿No es el propósito de la meditación contener las energías en los niveles más altos, o empujarlas hacia atrás y hacia arriba, a fin de permitir que los niveles más altos prosperen también?

Mah: No es tanto una cuestión de niveles como de gunas (cualidades). La meditación es una actividad sattvica y apunta a la completa eliminación de tamas (inercia) y de rajas (motividad). Sattva puro (armonía) es libertad perfecta de la pereza y del desasosiego.

Int: ¿Cómo fortalecer y purificar el sattva?

Mah: El sattva es siempre puro y fuerte. Es como el sol. Puede aparecer obscurecido por nubes y polvo, pero solo desde el punto de vista del perceptor. Ocúpese de las causas del oscurecimiento, no del sol.

Int: ¿Cuál es la utilidad de sattva?

Mah: ¿Cuál es la utilidad de la verdad, de la bondad, de la armonía, de la belleza? Ellas son su propia meta. Se manifiestan espontáneamente y sin esfuerzo cuando las cosas son dejadas a sí mismas, cuando no se interfiere en ellas, cuando no se las elude, ni se las desea, ni se las conceptualiza, sino que sólo se experimentan en la presenciación plena. Tal presenciación es ella misma sattva. Ella no utiliza ni las cosas ni a las gentes —les da realidad.

Int: Puesto que yo no puedo mejorar sattva, ¿tengo que ocuparme de tamas y rajas solo? ¿Cómo puedo ocuparme de ellos?

Mah: Observando su influencia en usted y sobre usted. Preséncieles en operación, observe sus expresiones en sus pensamientos, palabras y obras, y gradualmente su poder sobre usted decrecerá y emergerá la clara luz de sattva. No es un proceso difícil ni largo; la seriedad es la única condición del éxito.

El camino de la plenitud - Annie Marquier

Prefacio 

Me  dijo  el  abedul:  Estoy limitado  en  la  forma,  pero  no  en  el espíritu. Si miras bien, verás a Dios entre mis ramas, en mi  tronco y en mis hojas. Pero lo que ves oscurece tu visión. Lo que  tú ves actúa como un velo que te impide ver realmente. 

Lo que ves no es más que el reflejo de tu propia inconsciencia, y lo será mientras  sigas  atado  a  tu individualidad,  mientras  no hayas entregado  todo  tu  ser  a  las estrellas,  mientras  pienses  que todavía puedes existir. 
Existir,  la  gran  ilusión.  Tú  no  existes,  yo  no existo,  ninguno de  nosotros  existe.  Sólo cuando  seamos  conscientes  de  la no  existencia  podremos  ver  realmente.  Aunque,  cuando  se llega a ese punto, ya no hay persona alguna que ver porque ya no hay distancia entre el que ve y el  que  es  visto,  ya  no  hay nada  que  ver,  nada  que  experimentar,  hay  existencia  común  y simultánea. Sólo está la libertad última, la libertad de ser y de ya no existir. 


¿Por qué quieres distanciarte? ¿Por qué quieres separarte? ¿Para asumir  tú solo  la responsabilidad  de  todas  las  prerrogativas  del  Universo?  El  Universo  no  lo  permitirá.  Si  lo haces,  también  tú  te  perderás,  y  serán  vanos  tus  intentos  de  volver  a  encontrarte.  Sólo obtendrás sufrimiento, desesperación y muerte. 
Y, así, morirás a menudo a ti mismo, hasta el momento en que, habiéndolo abandonado todo, incluso el sentido de tu propia individualidad, acabes encontrando… el abedul que yo soy… en ti. 

(Extraído del libro y autor que aparece en el título de este escrito)



Meditación Auténtica - Adyashanti








La verdadera meditación no implica dominar ninguna técnica, sino dejar de controlar. Eso es la meditación. Cualquier otra cosa será algún tipo de concentración. La meditación y la concentración son dos cosas diferentes. La concentración es una disciplina; es una forma de dirigir nuestra experiencia o de controlarla. La meditación es la liberación del control, es dejar de guiar nuestra experiencia. La base de la Meditación Auténtica es dejar de controlar.

Dejar de controlar resulta algo inmenso para el ser humano. Decir "simplemente deja de controlar" suena fácil, pero la totalidad de nuestra estructura psicológica, de nuestro yo psicológico, de nuestro ego, está constituida sobre una base de control en casi todos los seres humanos. El hecho de pedirle a la mente o al ego que dejen de controlar es, por tanto, una idea revolucionaria. Cuando dejamos de controlar, aunque tan solo sea por un momento, surgen ciertos miedos y ciertas dudas ocultas. La mente dice: "¿Qué pasa si dejo de controlar y no sucede nada?". Por eso nos solemos aferrar a alguna técnica o disciplina, pues la mente teme que no pase nada si deja de controlar.

En Meditación Auténtica sugiero que miremos de verdad, que consideremos la meditación como una investigación. La Meditación Auténtica no se basa tanto en una técnica, sino en una investigación personal sobre lo que ocurre cuando empiezas a renunciar al control y permites que todo sea tal y como es (una investigación en tu cuerpo, en tu mente, bajo tu autoridad, bajo la autoridad de tu experiencia). Se trata de una investigación sobre lo que ocurre cuando dejas que tu experiencia sea exactamente la que sea, sin tratar de cambiarla. En vez de una técnica, la Meditación Auténtica es realmente una investigación. ¿Qué pasa cuando dejamos de controlar y manipular?

Más allá del meditador

El segundo aspecto de la Meditación Auténtica es la indagación meditativa. La indagación meditativa es la práctica de introducir una pregunta (una pregunta espiritual llena de poder y de significado) en el estado mental meditativo. No se trata de hacer una antigua pregunta, sin más; hacemos preguntas que tienen un valor real, preguntas que tienen el poder de atravesar las capas de los condicionamientos para alcanzar nuestra naturaleza esencial. La pregunta más poderosa que nos podemos hacer es "¿quién soy yo?, ¿quién es el meditador?" Esta pregunta termina con cualquier tipo de control de la experiencia por parte del ego. Nos preguntamos "¿quién está controlando la experiencia? ¿quién está meditando?". Meditamos, sobre todo, para poder ir más allá del meditador, más allá del ego o de la mente. Mientras el meditador siga controlando, las posibilidades de ir más allá de la mente o del ego serán pocas. Por eso, la práctica de la Meditación Auténtica consiste en liberarse del meditador. El comienzo de la meditación te invita a deshacerte del control y a dejar que todo sea tal y como es. Esta práctica desconecta al meditador. Si el meditador no hace nada, se libera sin más del control, deja de intentar cambiar algo.
Cuando decimos "meditador" debemos darnos cuenta de que el meditador es el que controla. El meditador es el que intenta, es el manipulador, el que hace el esfuerzo. Y el meditador tiene una gran implicación en casi todos los estilos de meditación. La mente tiene algo que hacer y algo que dominar ¡y eso le encanta! A la mente le encanta tener que dominar algo, pues así sigue manteniendo el control. Pero para que un estilo de meditación sea relevante en términos de despertar espiritual (para despertar a la verdadera naturaleza de quien somos y de lo que somos), debemos ir más allá del meditador, más allá del controlador, más allá del manipulador.

¿Sirven de algo las técnicas de meditación?

Mucha gente, yo mismo incluido, procedemos de diversas tradiciones en las que aprendemos a meditar a través de una técnica. Aprendemos diversas formas de control, como la de concentrarnos en la respiración o en diferentes partes del cuerpo.
En la tradición zen, generalmente, nos concentramos en la zona que se encuentra justo debajo de las fosas nasales. A menudo aprendemos a sentarnos en una determinada postura, con la espalda derecha, y a respirar de una determinada forma. Esas técnicas y disciplinas se llevan enseñando cientos y miles de años, y no no les resto valor o mérito. Lo tienen. Lo que digo, sin embargo, es que cuando nos deshagamos de esas técnicas, cuando empecemos a dejar de concentrarnos, nos podremos acercar al estado natural de nuestro ser. Estas técnicas suelen oscurecer nuestro estado natural de conciencia. Al principio de mis retiros suelo decir que sé que cada persona sigue un estilo para meditar o para concentrarse,. Algunas personas repiten un mantra, otras observan la respiración. Algunas realizan prácticas de visualización. Lo que digo al grupo es que hacen bien en implicarse en estas prácticas al inicio de la sesión de meditación.Son medios perfectamente adecuados para traer la mente al momento presente. Te permiten reunir la energía y las fuentes físicas de la mente activa en el aquí y el ahora. No obstante les propongo que, en cualquier periodo de meditación, se den también un espacio para deshacerse de la técnica que estén usando. Si estoy observando la respiración, también experimentaré lo que sucede cuando deje de observarla. ¿Qué pasa cuando dejo de observar la mente? ¿O de repetir un mantra? Estas prácticas nos pueden ayudar a traer nuestra atención al momento presente; ahí reside su valor principal. Pero cuando la atención ya esté en el presente, tendremos la oportunidad de deshacernos de estas técnicas para empezar a investigar el estado natural de nuestro ser.

He comprobado que, si no prestamos atención, estas antiguas tradiciones y técnicas (o aprendí muchas, y de hecho tienen un gran valor), se convierten a menudo en un fin en lugar de en un medio para alcanzar un fin. Pero, en último término, la espiritualidad no tiene nada que ver con la observación de la respiración. Tiene que ver con el despertar del sueño de la separación y con la comprensión de la verdad de la unidad. Ene esto consiste, y si nos vinculamos con fuerza a la técnica, podríamos llegar a olvidarlo. Por tanto, podemos comenzar con una pequeña técnica, con una pequeña observación de la respiración, con la recitación de una oración, con la repetición de un mantra o con una visualización; pero yo siempre propongo pasar relativamente rápido a preguntarnos qué sucede cuando permitimos que todo sea lo que es. En ese momento iniciamos el paso del control mental a la Meditación Auténtica. Es una transición revolucionaria. He conocido a muchas personas que la han olvidado. Han olvidado que el instante en el que pueden dejar de controlar (y deberían hacerlo) llega relativamente rápido.




Adyashanti - Meditación Auténtica

Estar en silencio es el arte más simple del mundo...





Estar en silencio es el arte más simple del mundo. No es una acción, sino una no acción. ¿Cómo puede resultar dificultoso? ¡Te estoy mostrando el camino de la iluminación a través de la pereza! No hay que hacer nada para alcanzarla, pues está en tu naturaleza. Ya la tienes; sólo que estás tan ocupado con otras actividades que no puedes percibir tu propia naturaleza. En las profundidades de tu interior es como afuera: la belleza, el silencio, el éxtasis, la dicha. Pero, por favor, a veces ten clemencia contigo: siéntate y no emprendas actividad alguna, ni física ni mental. Relájate, mas no al modo norteamericano... Puesto que he visto tantos libros norteamericanos titulados "Cómo relajarse", en los que el título mismo indica que el autor no sabe nada acerca de la relajación: no hay "cómo". Sí, está bien: "Cómo reparar un automóvil" - tienes que hacer algo. Pero no hay acciones como tales en lo concerniente a la relajación. Simplemente, no hagas nada. Sé que te resultará algo difícil al comienzo. No se debe a que sea dificultoso relajarse, sino a que te has vuelto adicto a la necesidad de hacer algo. Llevará un tiempo superar esa adicción.

Sólo sé y contempla. Ser es no hacer y contemplar es también no hacer. Te sientas en silencio sin realizar actividad alguna, siendo testigo de todo lo que suceda. Las ideas darán vueltas en tu mente. Puedes sentir cierta tensión en algunas partes del cuerpo; te puede doler la cabeza. Sólo sé testigo de lo que pase, no te identifiques con eso. Observa, sé como un observador que desde la montaña contempla lo que sucede en el valle. Es un don, no un arte. La meditación no es una ciencia, no es un arte. Es un don; no más que eso. Todo lo que necesitas es un poco de paciencia. Los viejos hábitos habrán de perdurar; las ideas seguirán precipitándose. Y tu mente siempre está como si fuera la hora pico, con el tránsito apretado. Tu cuerpo no está acostumbrado a sentarse en silencio: te moverás y te darás vuelta. No hay de qué preocuparse. Simplemente, observa que el cuerpo se está moviendo y se está dando vuelta, que la mente está convulsionada, llena de ideas (consistentes, inconsistentes, fútiles), fantasías, sueños. Quédate en el centro, observando.





Todas las religiones del mundo le han enseñado a la gente a hacer algo: detener el proceso de pensamiento, forzar el cuerpo a asumir una postura inmóvil. En esto consiste el yoga, en una larga práctica para forzar al cuerpo a una postura inmóvil. Pero un cuerpo forzado no está inmóvil. Y las oraciones, las concentraciones, las contemplaciones de todas las religiones hacen lo mismo con la mente: la fuerzan, no permiten que los pensamientos fluyan. Sí, tienes la capacidad de hacerlo. Y, si insistes, puedes detener el proceso de pensamiento. Pero esto no es lo real, es absolutamente fingido. Cuando la inmovilidad viene por sí misma, cuando el silencio se instala sin que hagas esfuerzo alguno, cuando contemplas los pensamientos y llega un momento en que empiezan a desaparecer las ideas y comienzan a producirse silencios, es hermoso. Los pensamientos se detienen por sí solos si no te identificas, si continúas en la posición del testigo y no dices: "Éste es mi pensamiento." No dices: "Esto está bien; esto está mal", "Esto debería estar allí' y "Esto no tendría que estar ahí". Si lo hicieras, ya no serías un observador: tendrías prejuicios, ciertas actitudes. Un observador no tiene prejuicios, no emite juicios de valor; sólo refleja lo que ve, como un espejo.
Cuando pones algo frente a un espejo, éste simplemente refleja lo que está delante. No juzga que el hombre es feo, o que es hermoso, ni dice: "¡Ay! ¡Qué bonita nariz tienes!" El espejo no tiene nada que decir. Su naturaleza es reflejar, y refleja. Ésta es la razón por la cual hablo de meditación: tú sólo reflejas todo lo que sucede por dentro o por fuera. Yo te lo garantizo... Puedo garantizarlo porque me ha pasado a mí y le ha pasado a mucha de mi gente. Sólo mira con paciencia; tal vez pasen unos pocos días, quizás hasta unos pocos meses, o tal vez unos pocos años. No hay forma de anticiparlo, puesto que cada individuo tiene un ritmo diferente. Debes haber visto a la gente que junta antiguas estampillas de correo. Cada uno tiene una colección diferente; la cantidad puede ser diversa, por lo tanto el tiempo que le lleve a cada uno será diferente; pero trata de seguir como testigo hasta tanto puedas hacerlo. Y esta meditación no necesita un tiempo especial. Puedes limpiar el piso y permanecer en silencio observándote a ti mismo limpiando el piso. Puedo mover la mano sin conciencia de ello, sin observarla, o bien puedo moverla con plena conciencia. Y hay una diferencia cualitativa. Cuando la mueves en forma inconsciente, es mecánico. Cuando la mueves en forma consciente, hay gracia. Incluso en la mano, que forma parte de tu cuerpo, sentirás silencio, indiferencia. ¿Y qué decir de la mente? Con tu permanente observación, lentamente comienza a reducirse más y más la precipitación de ideas. Comienzan a aparecer momentos de silencio; aparece un pensamiento y después hay silencio antes de que aparezca otro pensamiento. Estas lagunas te brindarán la primera vislumbre de meditación y el primer placer de estar llegando a puerto
Publicacion original de: What is meditation, Osho International Foundation 1995.

Aproximación meditativa a las emociones

Para reflexionar:


Como dice Tarthang Tulku:

Cuando usted se halle emocionalmente confuso, manténgase en contacto con la emoción... pero no trate de aferrarse a ella... Igualmente, cuando emerja la ansiedad o cualquier otro sentimiento perturbador, concéntrese en el sentimiento, no en los pensamientos que tenga al respecto. Concéntrese en el centro del sentimiento y penetre en ese espacio... Si entramos en el centro de la emoción nos daremos cuenta de que ahí no hay absolutamente nada.... Lo único que percibiremos entonces es una densidad de energía clara y distinta. Esta energía tiene un gran poder y puede transmitirnos una gran claridad... Nosotros podemos transmutar esta mente samsárica porque la mente misma es vacuidad, apertura total, claridad total.... visión directa, liberación total, receptividad completa en cualquier situación.


La meditación nos ayuda a desarrollar la atención necesaria para no vernos "secuestrados" por nuestros pensamientos.
Separada de nuestros conceptos o reacciones, la emoción carece de existencia independiente y sólida

La aproximación meditativa a las emociones implica permanecer presentes en medio de cualquier tormenta emocional, dejar de lado los juicios y guiones, sentir las emociones más directamente y abrirnos a toda su energía y poder. Así descubriremos la intensa ternura de nuestra vitalidad.

miércoles, 13 de abril de 2011

Meditación

Poco a poco van siendo más las personas que se unen al grupo de meditación de los martes. Me siento agradecida por tener el privilegio de participar en este bonito proyecto.
¿Qué puede haber más hermoso que compartir el silencio?

Cada vez son también más personas las que comienzan a darse cuenta de los beneficios que ejerce la meditación a todos los niveles: físico, mental y espiritual: aumentan las defensas del organismo, el sistema nervioso central se relaja y, por tanto, disminuye la ansiedad, los problemas de estrés, de falta de concentración, los trastornos del sueño... Favorece la capacidad de concentración, la presencia, la serenidad ante toda situación, la calma interior, la escucha atenta, la asimilación de los alimentos, el despliegue y desarrollo de nuestros potenciales, la creatividad, el buen funcionamiento de todo el organismo, la conexión con el espíritu...



Y nuestra investigación personal va calando hondo en nuestro desarrollo como seres humanos, pues poco a poco y cada vez más vamos conectando con nuestra verdadera Esencia, con la parte más auténtica de nosotros mismos, la que nos hace seres únicos, divinos, capaces de brillar con luz propia.

A medida que vamos meditando, aprendemos a relativizar todos los acontecimientos que nos suceden, no sintiéndonos tan involucrados con ellos, sino siendo capaz de tomar cierta distancia y vivirlos desde la posición del testigo, que sabe que no sólo es ese personaje que interpreta, sino una fuente inagotable de Amor y Compasión. La Consciencia que somos no nace ni muere; es eterna. No se encuentra dentro de los límites del tiempo y el espacio.
José María Doria, Director de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal, y profesor mío, suele comparar la vida del ser humano con un río, que desconociendo su esencia, que es agua, se identifica con su forma de río que sigue su curso atravesando toda clase de parajes, algunos que facilitan el fluir de la corriente, otros vericuetos, zonas rocosas, estancamientos, cascadas... Al principio su fluir de río joven es saltarín, rápido y alegre, para poco a poco ir haciéndose más lento y caudaloso, hasta llegar a fundirse al final de su vida como río en el vasto océano.
El río no sabe que su esencia es el agua. Agua que un día ascendió como vapor desde el océano hasta el cielo, formando nube, que más tarde volvería a descender en forma de agua de lluvia a la tierra y que en algún momento, en el lugar adecuado, brotó de un manantial formando el río.
Pero si este río fuera consciente de su esencia como agua, lo que siempre fue y será, su fundirse al final de su vida con el gran océano sería para él éxtasis de placer y felicidad: un paso más, un nuevo proceso y no un final. Pues regresa a su hogar, el vasto océano, del que un día partió.

En la meditación conectamos con nuestra verdadera esencia, con la Conciencia, o el Ser o la Energía Universal... Se han dado muchos nombres a lo que el Tao se refiere como "lo innombrable".

En la meditación es importante mantener una actitud abierta, inocente, humilde. La actitud del que nada espera. No hay expectativas. No hay meditación "mala" ni "buena". Permitimos que se exprese "lo que es", "lo que hay", sin pretender cambiar nada; sin luchar contra los pensamientos, emociones o sentimientos..

"La meditación cultiva la aceptación incondicional enseñándonos simplemente a ser como somos, sin tener la necesidad de hacer nada en especial, sin aferrarnos a nada, sin tratar de tener buenos pensamientos o bien librarnos de los malos ni lograr un determinado estado mental."
"A través de la meditación uno trabaja directamente con sus estados mentales confusos, sin emprender cruzadas contra éste o aquél aspecto de su experiencia. Uno permite que las cosas se presenten tal cual son, sin tratar de mantener ni de eliminar nada, sin manipular en forma alguna la experiencia y sin tratar de acomodarla a ningún ideal. No existe modo más amoroso y compasivo de tratarse a uno mismo y de aceptar el abanico completo de nuestra experiencia, que abrirnos el espacio necesario para ser tal cual somos y dejar que las cosas se manifiesten sin detenernos en ellas y regresando a la simple presencia." 
(Psicoterapia en un contexto espiritual - Escuela Española de Desarrollo Transpersonal)

La meditación no es una tortura. De hecho, es todo lo contrario; Osho la considera como algo lúdico:


La meditación es LÚDICA

La meditación no es algo propio de la mente, sino algo que está más allá de ella. Y el primer paso es asumir una actitud lúdica frente a la medita­ción. Si tomas la meditación como al­go divertido, la mente no podrá des­truir tu meditación. Si no lo haces, la transformará en otro viaje del yo y te tornará muy serio. 

Comenzarás a pen­sar: "Soy un gran meditador. Soy más sagrado que el resto de la gente, mientras que todo el mundo es terre­nal, soy religioso, soy virtuoso." Es esto lo que les ha sucedido a miles de así llamados santos, moralistas, puri­tanos: solamente están jugando jue­gos del yo, sutiles juegos del yo.

Por eso quiero cortar esto de raíz desde el principio. Enfrenta la medi­tación con una actitud lúdica. Es una canción para ser cantada, una danza para ser danzada. Tómala como diver­sión y te sorprenderás: si puedes asu­mir en forma lúdica la meditación, és­ta se desarrollará a pasos agigantados.

Tú no estás anhelando logro alguno. Simplemente, estás disfrutan­do de sentarte en silencio, gozando el mero acto de sentarte en silencio. No se trata de que estés a la espera de al­gún poder yóguico o de mila­gros. Todo eso no tiene sentido: es la misma tontería de antes, el mismo viejo truco, pero con nuevas palabras, en un nuevo plano... 

La vida como tal debe ser entendida como un chiste del cosmos. Entonces, de repente, te rela­jarás porque no hay nada por lo que tensionarse. Y, en esa misma relaja­ción, algo empieza a cambiar en ti: hay un cambio radical, una transfor­mación. Y las pequeñas cosas de la vi­da comienzan a cobrar un nuevo sen­tido, un nuevo significado. 

Entonces, nada es pequeño, todo empieza a tomar un nuevo sabor, una nueva at­mósfera. Uno empieza a sentir una es­pecie de santidad por todas partes. Uno no se transforma en cristiano, no se transforma en hindú, no se trans­forma en mahometano. Uno simple­mente se vuelve un amante de la vida. Uno aprende una sola cosa: cómo go­zar de la vida.

Gozar de la vida es el camino hacia Dios. 

¡Danza tu camino hacia Dios, 
ríe tu camino hacia Dios, 
canta tu camino hacia Dios! 

            Osho